lunes, 26 de noviembre de 2012

Diario de la Revolucion III: la falsa percepción de la libertad de elección



El sistema democrático actual proporciona la sensación de que podemos elegir el tipo de gobierno por medio de las diferentes modalidades de votación: municipales, autonómicas y generales. En principio, y aún pasando por el hecho de que no se vota a una persona sino a un partido político (lo cual puede desvirtuar un poco la elección del gobernante), el sistema no está mal. Las ideas base son:

  • cada partido político representa, mediante su ideología, a un sector del pueblo.
  • la pluridad de partidos políticos promueve el diálogo social entre diferentes ideologías y busca alcanzar el consenso para satisfacción del mayor número de ciudadanos posible.
  • incluso en caso de que un partido sea electo por mayoría absoluta, un descontento de la ciudadanía con la forma de gobernar puede ser corregido periódicamente (cada 4 años en nuestro caso). Del mismo modo, la aprobación del pueblo se verá reflejada en una reelección del mismo partido.

Que estas ideas base funcionen dependen, obviamente, de que haya varios partidos con diferentes ideologías con vocación de diálogo y consenso. Es decir, justamente lo contrario de lo que tenemos ahora. En primer lugar, y aunque existen de manera teórica varios partidos, en la práctica solo hay dos: el Partido Socialista (etiquetado de Izquierdas) y el Partido Popular (etiquetado de Derechas). En segundo lugar, aunque sus ideologías son teóricamente diferentes, en la práctica hacen exactamente lo mismo uno y otro, hasta al punto de que el ciudadano no nota gran diferencia de cuando gobierna uno a cuando gobierna otro. Y en tercer lugar, no hay vocación de consenso puesto que lo único que hacen, uno y otro, es mentar a la madre del contrario contínuamente sin que jamás se haya oído a uno alabar una acción del otro.



Es decir, ya no hay una separación vertical de grupos: cada grupo ideológico con su representante; sino una separación horizontal de clase: clase política representante uniforme por un lado y clase ciudadana de representados por otra, con una exclusión completa de ideologías de cualquier tipo. O sea... aristocracia por un lado, campesinado por otro. En este contexto, las Elecciones se convierten en pura farsa: da igual quien gane puesto que no hay cambio ideológico, la clase aristócrata defenderá sus propios intereses de clase independientemente de que lo haga bajo la etiqueta Socialista o bajo la etiqueta Popular, mientas que el campesinado carece de representantes que defiendan los suyos.

Es muy importante, que la conciencia social no pierda de vista este hecho: sin pluridad ideológica real trasladada a acciones concretas (que es lo que NO tenemos) no hay democracia, sino una aristocracia disfrazada, como refleja Alberto Breccia de manera magistral en su comic Perramus, a cuyas páginas corresponden las ilustraciones de este post.


Motivos para la Revolución ya comentados en post anteriores:

ESTAFA A GRAN ESCALA
EL ATAQUE A LA LIBERTAD DE EXPRESION



viernes, 2 de noviembre de 2012

Diario de la Revolucion II: el ataque a la libertad de expresión


La nueva aristocracia (altas finanzas y clase política) tiene varias herramientas poderosas para el control del nuevo campesinado (todos los demás). Hoy vamos a hablar de una de las más notorias por su sutileza: el ATAQUE A LA LIBERTAD DE EXPRESION. Y lo vamos a hacer con 3 ejemplos muy significativos y conocidos internacionalmente:

  1. Caso Wikileaks: el website Wikileaks, fundado en 2006 por Julian Assange es el respositorio de información clasificada y de trapos sucios a escala mundial más grande jamás abierto al público. El campesinado hacía así pública la desvergüenza de la aristocracia. Cuando el escándalo mediático wikileaks saltó, por un momento pareció que habría consecuencias para los implicados en trapos sucios. Sin embargo, ningún miembro de la aristocracia fue juzgado, a pesar de las pruebas aportadas en el website. Por el contrario, Julian Assange fue puesto en busca y captura por un presunto delito de abusos sexuales; un asunto no muy claro y desde luego desconectado de la trama socio-económico-política que aborda wikileaks.
  2. Caso Clearstream: investigado en profundidad por Denis Robert entre 1995 y 2011 en Francia y Luxemburgo, originalmente buscando los flujos de financiación del terrorismo y posteriormente transformado en investigación sobre los flujos de capital entre bancos, grandes compañías y particulares. Todo está descrito en sus obras "Revelacione$", "La caja negra" y "El negocio de los negocios". Por publicar los resultados de sus investigaciones, debidamente documentadas, Denis Robert fue acusado de difamación, condenado en 2003, 2004 y 2008 y posteriormente absuelto en 2011 tras una guerra jurídica extenuante.
  3. Caso Lista Lagarde: el más reciente en el momento de escribir estas líneas. Kostas Vaxevanis publicó en 2012 una lista de casi 2.000 ciudadanos griegos con cuentas en Suiza bajo la sospecha de que fueran evasores fiscales. La primera reacción de la aristocracia no fue investigar esas sospechas...sino detener al periodista acusándole de violar datos personales sensibles (falso, puesto que la lista solo contiene nombres, y profesiones de los titulares).
Hay muchos casos más, de hecho hay tantos que uno no sabe ni por donde empezar, pero estos tres ilustran bien el concepto, no hace falta poner más. La evidencia es clara:
  • la aristocracia no juzga a uno de los suyos a raíz de una denuncia del campesinado
  • la aristocracia ataca sin compasión a quien denuncia trapos sucios. 

Un campesinado mal o deficientemente informado es más fácil de controlar que uno que sí sabe lo que pasa. Por una razón muy sencilla: "ojos que no ven, corazón que no siente". Si nos pasan por el morro todas las tropelías que diariamente la aristocracia hace con nosotros, es obvio que el clima de indignación crecerá hasta un punto que no será controlable.

Por ello, la abolición de la libertad de expresión es ESENCIAL para la aristocracia. La dirección de los principales medios de comunicación está en manos de la aristocracia y por tanto las noticias están convenientemente sesgadas (y si no me creéis, preguntadle a cualquier periodista honrado). Y si algún medio independiente (normalmente periodistas de investigación) logra sacar algún trapo sucio a la luz, la aristocracia lo acusa de algún delito con la doble intención de desacreditarle y de detener sus investigaciones.

Es vital, por tanto, que el campesinado entienda que no está bien informado. A la aristocracia no le interesa informar bien, y por tanto no  lo hace. Al revés, informa de lo intrascendente y lo hace de forma confusa o incluso falsa: jamás se dan datos de verdadero interés general. Por lo tanto las fuentes de información deben ser muy puestas en dudas por el campesinado. Hay un criterio fundamental para evaluar la fiabilidad de la información: la independencia.... una fuente independiente será, por fuerza, mucho más fiable que una a sueldo de la aristocracia. Busquemos esas fuentes para saber qué está pasando.


Motivos para la Revolución ya comentados en post anteriores:

ESTAFA A GRAN ESCALA