
The sailing handbooks describe sickness like a general feeling bad, usually featured by vomits, missorientation and wishes of dying. There are even some people who honestly think that sickness is the actual proof of God didn't want the humans to travel. I'm very lucky of not suffering it very often but I'm not completely free from its attacks so, from time to time, I feel not quite well too. For example, today.
Una de las cosas más desagradables que se puede encontrar uno cuando navega en un velero es una mar con olas pero sin viento. El barco, al no llevar arrancada, se convierte entonces en una especie de corcho flotante que te hace sentir como si estuvieras dentro de una sopera llevada por un camarero borracho. En esas ocasiones el mareo es casi inevitable.
One of the very nasty things one can find when sailing is a windless bumpy sea. In those conditions, the sailboat become a sort of a floating cork and makes you feel like standing inside a huge dish of soap carried by a drunk waiter. To get sick is simply unavoidable.
No ha durado mucho, afortunadamente, tan solo un par de horas, pero cuando se nevega en solitario eso significa que el barco se queda sin tripulación competente. La única solución es arrancar el motor, dar un poco de máquina avante, confiar en el piloto automático y tumbarse en la proa a dar cabezadas de sueño intranquilo vigilando el rumbo a ratos. Lo único bueno que tiene el mareo es que siempre se acaba pasando.
Fortunately it went out quick, just about 2 hours of starting, but when you sail alone that means that there's no competent crew for that period. The only solution is start the engine, connect the autopilot, lay down on the bow and try to sleep a while trusting no other boats will cross your route in the next hour. The only good thing of the sickness is that always finally goes.
2 comentarios:
También un patrón se puede marear en esta otra situación:
Placentero navegar rumbo a Castro,...repentinamente ligero olor a gasoil, alerta sospechosa, el skipper saca el tanque de combustible, lo examina, falsa alarma, lo vuelve a dejar en su sitio, complicada maniobra, el gasoil salta y pringa al susodicho, su camiseta empapada. La acompañante ya no sabe donde colocarse, disimuladamente coge un calcetín y se lo coloca en la nariz, había que neutralizar el olor; por mi vida que no olía mal (es lo único que tenía a mano, pues me había embarcado después de dar un voltio en patines por el muelle). Nadie dice nada,...momentos jodidos, uf, qué mal lo pasamos!!. Nos costó reconocer a los dos que habíamos pillado un colocón del 15, ¡Qué pestazo! jajaja.
¿qué puedo decir?
Lo que cuenta Xarma es absolutamente cierto... ¡¡maldito gasoil!!
Publicar un comentario